The Plucky Squire o El Escudero Valiente se ha dejado ver en una enorme cantidad de eventos antes de su salida definitiva y siempre ha sido capaz de robar la atención de buena parte del público. Ha destacado con soltura a través de su estética de cuento tan bien llevada, la posibilidad de salir del libro y también por sus mecánicas estilo Zelda. Pero, desafortunadamente, tiene sus cosillas que no son tan positivas.
Adentrémonos en el libro. El Escudero Valiente es un cuento para niños y así se narra todo. En resumen, la historia cuenta cómo Jota, el escudero valiente, acaba con Gruñonzón, el malo maloso. Sin embargo, esta vez Gruñonzón toma consciencia de que está en un libro y conspira contra los héroes para cambiar el cuento. Entiendo que a alguien le pueda echar para atrás la historia por sencilla, inocente e infantil, pero detrás de todo eso hay un juego bastante imaginativo y merece la pena romper esa barrera.
Con respecto a lo jugable, los niveles son bastante sencillos. Eso no significa que no sean divertidos. Pese a no inventar nada nuevo, tanto las situaciones como los puzles que propone son muy disfrutables. Además, nos lanza continuamente nuevas ideas y mecánicas que hacen que cambie la forma que tenemos de interactuar con todo.
Al salir del cuento y pasar a un mundo en tres dimensiones, pasearemos por el escritorio del dueño del cuento, un fanático del Escudero Valiente. Es aquí donde creo que el juego brilla más. Abandonar del libro no es algo anecdótico, sino que estaremos saliendo y entrando continuamente para resolver distintos puzles. Podremos, por ejemplo, pasar las páginas para recoger objetos y pasarlos de un sitio a otro. Incluso podremos inclinar el libro para mover cajas muy pesadas dentro del cuento que de otra forma serían imposibles de mover. Interactuar con el propio libro es uno de los pilares del gameplay. Pese a que el diseño de niveles no sea gran cosa, el mundo exterior nos aguarda lugares mucho más abiertos y desafiantes. Refresca muy y mucho las partes interiores más clásicas. Además, es este mundo en miniatura a lo Toy Story el que esconde los objetos necesarios para avanzar.
En definitiva, El Escudero Valiente es un videojuego muy interesante, que busca sorprender en cada momento y en cada capítulo de la propuesta. Su historia puede ser una gran barrera de entrada, pero también podría ser una enorme oportunidad para que los más pequeños de la casa disfruten de algo distinto, se introduzcan a nuevos géneros y aprendan de cómo se puede contar una historia de una forma muy diferente. Para ellos, es una lectura obligatoria que no se hace con los dedos, sino con un mando en las manos. Para los más experimentados, es una pequeña experiencia muy disfrutona.
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