Se nota que es un juego que mira hacia los grandes clásicos, pero al mismo tiempo busca traer cosas nuevas y, sobre todo, sorprender al jugador.
Ese sabor clásico lo podemos encontrar principalmente en el combate. Su sistema es muy similar a Chrono Trigger: un combate por turnos donde tanto tu posición como la del enemigo importa. Tu bola de fuego afectará a los enemigos de alrededor, así que previamente deberás usar una habilidad para juntarlos y maximizar el daño. No inventa nada, pero sabe cómo hacer de eso tan simple, algo muy satisfactorio.
A esto del posicionamiento se le añade las casillas de debilidades. Antes de un ataque potente del enemigo, le saldrán arriba una serie de iconos. Estos iconos indicarán qué tipo de ataques debemos hacerle para cancelar su inminente y poderosa habilidad. Además, si pulsamos el botón de ataque justo cuando golpeamos o nos golpean, tendremos un bono de daño o defensa respectivamente. Todo ello contribuye a un combate dinámico, que fomenta el uso constante de magias y que requiere de un jugador siempre atento a cada movimiento.
También sabe a clásico su historia, igual demasiado. Pese a que tiene momentos sorprendentes, peca demasiado de dar vueltas. Tiene bastantes momentos de mandarte a buscar tres objetos o destruir tres pilares para seguir avanzando. Abusa de misiones insulsas que alejan al jugador del verdadero foco de la historia y de las distintas motivaciones de los personajes. Siento que es en este punto donde deberían haber innovado verdaderamente. Aunque sí que es cierto que cuenta con varios momentos inolvidables.
Lo que es completamente nuevo es el delicioso diseño de niveles. Los distintos lugares por los que transitamos están llenos de detalles y cada camino tiene su propia estructura y sus propios secretos. Te pasas bastante tiempo recorriéndolos para encontrarlo todo. Y lo mismo podríamos decir de su mapa mundi. Por primera vez se le da cierto uso y relevancia en un JRPG.
No quiero dejarme en el tintero el aspecto gráfico. Nunca he visto un píxel art tan bonito. Es una locura el cariño que tiene cada frame y cada animación. Todo está muy cuidado, desde los protagonistas hasta el último NPC. Un auténtico referente para juegos venideros que decidan utilizar este estilo.
Sea of Stars busca ser un clásico renovado y lo consigue con sobresaliente, aunque eso a veces signifique ser poco innovador. Una revisión moderna de la buena época del JRPG de Super Nintendo. Muy recomendado.
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