Mass Effect Andromeda y Star Wars Episodio VII: El despertar de la fuerza

Star Wars Episodio VII: El despertar de la fuerza constituye un punto de inflexión dentro de la saga. Debe constituir un enlace entre la trilogía clásica, sin olvidar las precuelas, y, además, debe presentar una nueva historia con nuevos personajes. Disney y su director optaron por lo seguro: la nostalgia. Episodio VII transita por los mismos lugares que Una nueva esperanza, con personajes similares y, por supuesto, trayendo de nuevo a los más queridos de la saga.

Pero, ¿esto no iba de Mass Effect Andrómeda?

Al igual que ese episodio de Star Wars, la historia de Andrómeda debe ser un puente entre la trilogía anterior de Mass Effect y la nueva propuesta. En este caso, parte de una premisa muy prometedora: conquistar Andrómeda. Salir de la Vía Láctea es una elección inteligente porque dejas atrás toda la trama de la trilogía anterior y empiezas con el papel en blanco. Sin embargo, como en Episodio VII, la historia sabe a lo mismo que lo anterior. Juega con los mismos motivos y los mismos problemas. Se hace aburrido, poco original y sin mensaje.

Además, los personajes acompañantes son poco interesantes y algo mal escritos. De nuevo, todos giran sobre clichés. Tenemos al krogan bruto, que dispara y después pregunta, fuerte y mal hablado. Tenemos también a la turiana pragmática, eficaz, precisa y de moralidad recta. Personajes espejos de los ya vistos anteriormente y que no aportan nada nuevo.

Todos ellos nos acompañarán a través de misiones aburridas y sobre todo repetitivas. Mass Effect Andrómeda representa el peor momento del juego de mundo abierto, donde a cada planeta en el que aterrizas tienes que hacer las mismas misiones.

Pese a esto, aterrizar en un planeta es lo mejor que juego ofrece. Gráficamente, todos están muy bien definidos y se sienten llenos de vida. El estilo artístico supera con creces los juegos anteriores y afortunadamente se aleja de los ambientes ya conocidos.

Además, rápidamente te encuentras con enemigos y es ahí donde el juego brilla. El combate es divertidísimo. Abandona la separación clásica de clases y aboga por la libertad de elección de habilidades que se pueden combinar de mil maneras. Todo ello unido al nuevo sistema de coberturas que es bastante orgánico y natural.

Luego vuelves a subir a la nave y viajar por Andrómeda es pesado. Cada movimiento que haces por la galaxia es una pequeña cinemática, algunas saltables y otras no. Cuando estás haciendo misiones y debes ir de un planeta a otro, se hace increíblemente tedioso. No entiendo cómo no hicieron lo mismo que en los anteriores. Si algo no está roto, no es necesario cambiarlo.

Star Wars Episodio VII: El despertar de la fuerza utiliza la nostalgia como bisagra y constituye una película de tránsito y presentación, lo que lastra su historia. Por su parte, Mass Effect Andrómeda no busca ser una bisagra, sino un reinicio y aún así apuesta por lo mismo que los juegos anteriores. Ambas obras afrontan sus retos de manera distinta, pero se asemejan tanto al producto de donde vienen que no aportan nada a los fans ni logran del todo conectar con nuevas generaciones.

Hay muchos detalles que me gustan como el diseño de tu nave o la personalización. Pero son pequeños detalles eclipsados por problemas estructurales graves. Pese a todo, he disfrutado jugando, saltando, hablando y disparando por Andrómeda. Ahora toca mirar al horizonte y esperar la siguiente entrega.



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