Siguiendo la estela de Origins y Odyssey, Assassins Creed: Valhalla sube la apuesta y acentúa tanto las bondades como los defectos de la formula moderna, llegando a incluso agotarla. Pese a que en Origins el sistema RPG es algo anecdótico, de acompañamiento al resto de elementos, Odyssey y sobre todo Valhalla lo coloca en el centro de la experiencia. Y creo que de ahí devienen todos los problemas.
En cuanto a la historia, en esta debemos conquistar los distintos condados de Inglaterra y de camino acabar con los Templarios que están allí instalados. Cada condado es como una pequeña historia que debemos resolver a través de un esquema muy simple: llegar, conocer a los personajes, resolver el problema matando a alguien y al siguiente condado.
Las distintas regiones tienen un nivel mínimo para acceder a ellas, eso nos obliga a subir de nivel haciendo distintas actividades. Todo da experiencia: desde las misiones secundarias, a abrir un cofre e incluso descubrir un lugar nuevo. Esto provoca que entre misión principal y misión principal llenes el tiempo con cosas que no quieres hacer solo para subir de nivel. Lo opcional se vuelve obligatorio y cansa. Pierdes un poco el hilo de la historia porque se encuentra en un potaje de cosas secundarias que no le importan a nadie.
Y eso que la historia, pese a estar diluida, no está nada mal. Los personajes secundarios son interesantes y divertidos, cuenta con bastantes giros de guion y tiene un final muy satisfactorio que mira hacia el futuro de la saga. Eso sí, he echado de menos misiones en el presente.
El combate también se encuentra manchado. En general, es divertido y lleno de posibilidades, con muchas armas verdaderamente distintivas, pero si te enfrentas a alguien de un nivel algo superior al tuyo, te va a matar. Están diseñados para que te quiten muchísima vida. Aunque lo hagas muy bien te terminarán derrotando. De nuevo te obligan por otro frente a hacer secundarias insulsas para ganar experiencia.
En este mismo sentido también es un poco desastroso el sistema de habilidades. El árbol de habilidades es más que eso, es un bosque denso y profundo lleno de ramas. Como puedes subir muchos niveles, hay muchísimas habilidades pasivas. De hecho, hay tantas que dejé que el juego colocase los puntos de forma automática, debido a que es agobiante y abrumador navegar por todo ese menú y pensar en qué invertir los puntos.
En definitiva, el aspecto RPG está destinado fundamentalmente a rellenar el juego de cosas secundarias, que no son tan secundarias, para que los jugadores tengan millones de pequeñas cosas que hacer. Lo convierte, por tanto, en una experiencia lenta, frenada, que ofrece cantidad antes que calidad.
Puedo llegar a entender que a alguien le pueda llegar a gustar la cantidad, pero es innegable que si el juego no estuviese artificialmente alargado, sería una propuesta mucho más directa, certera y, en resumen, mejor.
Con Assassins Creed Shadows en el horizonte espero que las prioridades sean distintas y se fijen más en la entrega egipcia, pero algo me da que seguirán por el mismo camino.
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