Cassette Beasts es algo más que un Pokémon

Siempre he tenido la sensación de que los pokémon-likes o los juegos de coleccionar monstruitos no han tenido mucha suerte. Supongo que debido al éxito de la franquicia de Nintendo que opaca cualquier otro título. Sin embargo, ninguno de los indies que van tras la estela de Pokémon busca replicar su éxito, sino proponer una experiencia tan similar como distinta para atraer a los fans ya algo cansados y al mismo tiempo sorprenderlos. Aquí es donde entra en juego Cassette Beasts.

Tras crear a nuestro personaje, caeremos en un mundo extraño, casi postapocalíptico, debido a que vemos casas destruidas, farolas dobladas y puertas oxidadas. Aquí descubrimos que todos han llegado igual que tú y que, tras ver que no han sido capaces de volver a casa, han rehecho sus vidas. Este nuevo mundo esta repleto de criaturas que han conseguido dominar usando walkmans y casetes. De este modo comienza una historia repleta de sorpresas y, sobre todo, cargada de personajes interesantes y profundos. No uso la palabra profundo a la ligera, lo son verdaderamente. Sin entrar en detalles, todos tus acompañantes se sienten humanos, con sus virtudes y sus defectos.

Los monstruos tienen bastante personalidad e inciden en la idea del mundo hecho trozos. La mayoría de ellos parecen reciclados u objetos de nuestra vida cotidiana que han tomado vida. En cualquier caso, los diseños son muy originales, así como sus distintas formas de evolucionar. 

Pero como siempre, estos valen para combatir. Aquí nos olvidamos de los típicos cuatro ataques porque contamos con muchos más a nuestra disposición. El pilar de los combates es la tabla de tipos, pero no como siempre la hemos entendido. Sí, en Cassette Beasts el tipo fuego es fuerte contra el hielo, pero eso provoca que se derrita y pase a ser tipo agua. Al hacerle un segundo ataque de fuego, el agua se evaporará, creando un vapor curativo. Estas sinergias entre tipos hace que los turnos contengan múltiples estrategias y todo pueda dar la vuelta en cualquier momento. 


Aunque me guste el combate y me parezca fresco, disfruto mucho más de su estructura. El juego es un mundo abierto y un mundo abierto muy bien pensado. Las misiones rara vez te dicen el punto exacto a donde ir, sino que te marcan zonas y deja al jugador explorar tranquilamente. Exprimes cada rincón del mapa y fomenta el descubrimiento tanto de sitios como de monstruos. Todo está pensado para que lo importante sea descubrir. Unido a esto, por todo el mapeado hay pequeños puzles con grandes recompensas que te hacen buscar y rebuscar por todas partes.

Cassette Beasts es un muy buen juego que nos vuelve a demostrar que los juegos de colección de monstruos tienen todavía mucho que demostrar. Su estilo gráfico, su jugabilidad y su historia tan atrapante lo convierte en algo mucho más que un Pokémon.

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